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Más de 70 personas, entre ellos una veintena de niños, han fallecido cerca de la ciudad de Jan Seijun, en la región de Idlib, Siria. La causa parece haber sido un ataque con armas químicas por parte de las fuerzas sirias de El Asad.

Sin embargo, esta versión aún no ha sido confirmada de forma oficial y fuentes rusas aseguran que los gases letales procedían de un almacén bombardeado en el que los rebeldes guardaban proyectiles con agentes tóxicos.

Además de los fallecidos, hay más de 170 heridos a causa de este suceso, según los datos ofrecidos a las agencias de noticias internacionales. Las víctimas padecen de problemas respiratorios y vómitos a causa del gas.

La ONU ha calificado este hecho como «crimen de guerra» y ha convocado a una reunión de urgencia para analizar lo ocurrido. Este supuesto ataque sería el más mortífero relacionado con armas químicas desde el año 2013.

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